El día domingo 29 de noviembre de 2015 fue mi primer día de trabajo a prueba en la cocina de Mãe Natureza, un restaurante céntrico de Alter do Chão. Empecé a las 17.00 hs en punto y terminé, recontra hecha culo, alrededor de la 1.30 am del lunes.
En líneas generales el laburo era fácil, por lo menos para mí que trabajo en gastronomía. Las únicas cagadas fueron: Primero el excesivo calor de una cocina bastante pequeña que alojaba un conglomerado humano de hasta cinco personas en días de mucho movimiento, aunque mayoritariamente siempre éramos tres; Y segundo, que no me pagaron el día y que no tenía la certeza de cuando me iban a dar el dinero -que fue la motivación principal por la cual comencé el trabajo en relación de dependencia- que tanto necesitaba, o si me lo iban a dar en el caso de que no quedase como empleada fija. Otro punto significativo eran los espacios en blanco, esos períodos sin actividad que parecían detener el tiempo por horas haciendo de la jornada una incitación al suicidio, algo tedioso e interminable. Pero sacando estos tres puntos el resto fue genial. Pasados dos días me tomaron de forma efectiva y me dieron el uniforme, que constaba básicamente en una bandana, un delantal y una remera con el logo del lugar. Outfit que le dejé en mano a Anita, la mujer de Claudio, el día que renuncié para irme.
Mis compañeros de laburo. Una galera mundial y globalizada.
Los dueños del lugar, Jorge y Claudio, son argentinos y mi jefe directo,
Ernesto, es de Uruguay -pero vivió la mayor parte de su vida viajando y en Europa.
Los tres son un grupo de amigos cincuentones con toda, pero toda, la
onda. Me hicieron sentir súper cómoda, al igual que el resto de la
galera gastronómica formada principalmente por Anita, Martín, Alex, Thainara, Felix y Raulinho. Sumándose después Georgina y Trini, parte de la galera de Jericoacoara y Sao Luis, y posteriormente el matrimonio de paolistas Aline y Rodri.
Tincho es un cordobés crack de 34 años, mochilero de hace años, con la mejor de las ondas para hablar de prácticamente lo que sea. Él me dio los tips del proceso laboral. Al terminar la jornada de laburo me tiró data súper trascendente para seguir viajando de manera ahorrativa y segura, de puntos de hospedaje para hacer couchsurfing, de contactos suyos que podía encontrar en varias partes de Brasil si así lo necesitara y algunos sitios webs de interés que podían pasar a ser, para mí, la biblia del viajero. También compartió conmigo algunas de sus tantas experiencias y jamás dejó de sonreír. La única cagada fue que al otro día se iba para Colombia y su espacio en la cocina era el que pasaría a ocupar la persona que quedara efectiva después del período de prueba. Thainara es una brasilera genia de 20 años, nativa del estado de Pará que vive mismo en Alter do Chão y maneja la barra del lugar de taquito. Al principio no nos entendíamos bien con el idioma pero después resultamos buenas compañeras de trabajo y posteriormente compinches. Thainara me llamaba por el apellido, el problema es que en lugar de Bosi, me decía "Basi" porque no le salía mi verdadero nombre. Cada vez que llegaba una comanda de tragos, licuados, jugos o postres; ella hacía de más y me chistaba "psss Basi" mientras me tocaba la espalda dejándome una de sus exquisiteces en la mesada -al lado de la tabla que yo usaba para cortar vegetales- para que las probara. Con el paso de los días ella ya sabía muy bien cuales eran los batidos que más me gustaban, así que me consentía con eso. Felix es venezolano, amigo de afuera del trabajo, también de la galera. Cuando yo llegué él había pegado laburo ahí hacía unos días nada más. Así que básicamente aprendimos el trabajo juntos. Es artesano y artista. Para ganar unos mangos extra vende pulseras y hace estátua viviente en las plazas. Con él escalamos el Morro da Piroca, nos acompañó en la subida. Lo bueno de tener a alguien conocido de antemano, como en este caso, es que una no se siente tan "nueva" al momento de ingresar a un grupo armado.
Después estaban: Alex, también de Venezuela, básicamente iba cuando tenía ganas, a la hora que tenía ganas. Era muy copado pero bastante irresponsable dadas las circunstancias contextuales que estaba viviendo (problemas en la salud de su suegra). No duró mucho más desde que yo entré porque lo echaron. Aline, Raulinho, Georgina, Anita y Trinidad laburaban en el salón, afuera, como camareros.