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Parte redario. Acá es donde dormimos la gran mayoría de los huéspedes |
Alter do Chão, conocido como el Caribe brasilero, esta ubicado en el mapa bien al norte del estado de Pará, lidiando directamente con el estado de Amazonas. Esto último es lo que le da magia al pequeño pueblito y mucha vida, ya que su flora y fauna selvática tiñe de una belleza rústica y natural cada pedazo de tierra de dicho lugar. Es un punto clave en Pará, pero sobre todo turístico. Eso conlleva a que los precios quizás sean un poco más elevados que los que se pueden encontrar en otras ciudades o pueblos de Brasil. Bajo este contexto, un mochilero puede encontrarse con algunas trabas al momento de la búsqueda de hospedaje, ya que los precios de las pousadas son excesivamente amenazantes para un bolsillo viajero. Cuando pises Alter do Chão vas a tener que preguntarte cuál es la manera en la que querés pasar tu estadía o vacaciones, ya que hay dos propuestas que a su vez son diametralmente opuestas entre sí. Por un lado tenés el lujo un poco particular de los hoteles y pousadas. Por el otro lado tenés la opción de alejarte mucho de la parte céntrica, mucho de verdad, e irte ya para los lados del mato donde las casitas se alquilan a precios módicos pero tenés que tener ganas de caminarte más de 3km por día hasta la playa o la plaza principal. Después están los redarios, que son una especie de camping donde podes armar tu carpa o colgar tu red. La opción de la red es la más elegida por los viajeros, primero porque el clima del lugar se presta para que puedas dormir al aire libre sin preocuparte por si va a llover, dándote la opción de gozar de una hermosa vista natural ni bien abris un ojo por las mañanas. El calor agobiante también influye negativamente al momento de elegir una carpa, ya que hay altas temperaturas desde muy temprano y así tu hogar de lona puede convertirse a las 6.00 am en un horno en el que respirar se tranforma en una tarea difícil. Si vas a dormir en red es más que necesario que tengas: RED (para llegar a Santarém vas a viajar en barco y para viajar en barco necesitas una red. En Belén podés conseguir redes desde R$15 en adelante. En cualquier parte de Brasil podés conseguirlas igual y son muy económicas allá) + MOSQUITERO (el mosquitero es un MUST! es una obligación, de no tenerlo te aseguro que los mosquitos no van a parar de molestarte y picarte toooooda la fucking noche. Es de verdad clave. Hay dos tipos de mosquitero: Uno barato que tiene los espacios más grandes entre agujeritos, este no sirve. Necesitas el más carito, quizás te cueste más que la red pero creeme que vale la pena) y REPELENTE BUENO.
Hay algunos redarios en la zona, nosotros elegimos el Redario Iguana, primero por su ubicación, segundo por su bella estructura y tercero por la cercanía a la playa, ya que se encontraba directamente enfrente. Esas fueron las causas principales al comienzo, después comenzamos a encontrar muchos beneficios más que exceden lo estructural. El día en el redario cuesta R$20 por persona, pero si te quedás más de una semana te lo dejan en R$15. Todo es charlable cuando tenés buena onda y gran predisposición. Yo estuve un poco más de un mes y la estadía total me costó unos R$300. Una suma módica y acomodada por Patricia, una argentina catamarqueña que vive allí con su familia -Adam, su esposo brasilero y sus dos mellizos cracks de 2 añitos, Barú y Kaleã- y administran el lugar de una forma desestructurada, copada y con una energía increíble. Básicamente hacen del predio y sus visitantes un hogar y una familia enorme. Por eso tienen tantos recaudos a la hora de aceptar algún huesped. Por lo que pude observar, el filtro siempre es el valor monetario. Si tenés, según ellos, un "bajo astral" te matan con el precio y no hay forma de que se ajuste. Si, en cambio sos tranquilo, familiero y tenés buena onda y "alto astral", ellos te acomodan los costos para que puedas quedarte haciéndote parte de su propia familia. Y cuando digo que te hacen parte de su familia no exagero. Vos te levantás a la mañana y siempre tenés un café recién hecho, en las horas de almuerzo y cena tenés un plato de comida listo sobre las brazas de la parrilla o dentro del horno de barro. Ellos se encargan de hacerte saber eso con todo el amor del mundo. Jugo fresco de mango -allá "manga", porque mango en Brasil es otra cosa! Nunca pidas suco de mango allá eh!- preparado con la fruta recién caída de los más de tres árboles que están dentro del predio. No tiene precio. Creeme. No lo tiene.
Para guardar las cosas tenés unos locker al lado de la cocina, que es al aire libre. De todos modos yo en el mes que estuve dejé mi mochila grande afuera apoyada en uno de los palos donde colgué mi red, y nunca faltó nada. El único recaudo que tenés que tener es el de no dejar cosas sueltas en el piso porque los mellizos fantásticos corren en pelotas jugando y pueden levantarlo pensando que es un juguete y dejarlo en alguna otra parte en la que jamás vuelvas a encontrarlo. O puede pasarte lo que le pasó a mi hermano, que dejó su notebook cargando adentro de su mochila chica y los pibes tiraron del cable hasta que el cargador blanco inmaculado de la MAC cayó al piso y comenzaron a arrastrarlo por todo el redario desde la punta del cable cual camioncito de juguete. Así quedó... Hecho recontra culo superficialmente, pero funcionando. Gran anécdota jaja, hoy muy graciosa.
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Barú (primera plana) y Kaleã (fondo) |
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Eso de ahí son mi red, mi mochila y mi palo. Digo esto porque allí dejé todo más de un mes, así que fue mio |
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fin del redario y comienzo de la cocina, abierta. Esos son mi hermano y Agustín, un trombonista uruguayo |
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Esa es la parte superior de los lockers. Los mochileros van dejando libros. Hay recambio, dejas uno, sacas otro |
Otra cosa que me llamó poderosamente la atención, en un principio, fue la consciencia ambiental que tienen en el espacio Iguana. Vos vas a ir a la cocina y vas a tener dos tachos de basura: Uno orgánico y otro seco. Vas a ver colgados adornos amigables con el medio ambiente, una fuerte cultura de reciclaje y un marcado respeto por la naturaleza en cualquiera de sus formas. La mejor parte de todas es que ese granito de arena te impulsa, inconscientemente, a seguir la onda propuesta y cuando te querés dar cuenta terminas naturalizando esa consciencia y haciéndola parte fundamental de tu vida diaria.
La cocina era hermosa. Rústica, al aire libre y bien equipada. Tiene un anafe con dos hornallas, un horno de barro (en el parque principal tenés otro), un tanque con filtro para agua potable, pileta para lavar las cosas, heladera compartida, una pequeña mesa con bancos (en el parque principal tenés otra gigante), una parrilla a leña o carbón, una licuadora -elemento fundamental en un lugar con árboles frutales- y un sinnumero de ollas, sartenes, platos, vasos, cubiertos y todo lo que necesites para comer. Todo esta ahí, a disposición del público. Podes usar lo que quieras, siempre y cuando dejes todo limpio y ordenado después de usarlo.
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Cocina. Anafe / heladera comunitaria pintada / una de las estanterías con especias y alimentos no perecederos |
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Acá pueden verse el horno, la parrilla, la leña y el resto del equipamiento de cocina |
Punto importante: Los baños. Estos son externos, separados del resto de las instalaciones, frente a la casa de Pato y Adam. Siempre están muy limpios y son súper ordenados además de ventilados. Tenés dos duchas y dos sanitarios (uno femenino y otro masculino) Atrás tenés el lavadero y unos mijitorios por las dudas. Al costado está la pileta con un espejo y unos estantes de madera con soportes para cepillos de dientes o lo que necesites apoyar. Impecables los baños. El único punto negativo para mí fue que se me dio por levantarme todas las madrugadas a hacer pis -la edad- y que tenía que caminar un trayecto complicado hasta llegar que además era como un campo minado, porque vos nunca sabés què tipo de fauna podes encontrarte en la oscuridad y corres riesgo de que te caiga una manga en la cabeza y te la rompa. Pero en lo demás esta más que perfecto todo. Salvo claro que tengas problemas psicológicos con los temas escatológicos como yo los tengo y te pase lo mismo que a mí este día: Problemas escatológicos también en Alter do Chao
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Banheiro / baño. Esos bidé que se ven ahí no se usan, tienen plantas adentro. |
La verdad es que fueron hermosos los momentos que pasé en este lugar. Estuve rodeada de mucha paz y alegría siempre. A veces estaba escribiendo abajo de un árbol y, mientras pasaban los monos por las ramas buscando comida o alguna que otra iguana caminaba por al lado tuyo, sonaba música improvisada en vivo. Brasil y el Amazonas en todas sus formas. Me sentí en familia. El predio es bellísimo y la gente que habita en él o que va todos los días, es genial. Artesanos, malabaristas, familias, parejas, malucos, etc. vas a tener de todo y todos con la mejor onda.
Un punto importante a tener en cuenta: Enfrente, transversal a la playa, hay un espacio cultural donde hacen cosas casi toda la semana. Va a haber ruído, quilombo y fiestas de fin de semana hasta altas horas de la madrugada, sobre todo los sábados. Ese es el único item negativo que encontré, pero hasta cierto punto porque la paz y la tranquilidad del pueblo hacen que vivas de forma distinta, ya que, casi por arte de magia, mi insomnio eterno desapareció y comencé a dormir como una morsa a la noche bien temprano para empezar el día alrededor de las 7.00 am.
Redario Iguana, entonces, SUPER RECOMENDABLE. Para llegar es fácil. Ni bien pisas Alter do Chão le preguntás a cualquiera en la plaza dónde queda y así llegás.
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