My brother <3 |
A diferencia mía, mi hermano y Siske gustan mucho de caminar, trepar, colgarse de las piedras, acariciar tarántulas, etc etc. Yo, muy por el contrario, soy una especie de ameba contemplativa -amo la naturaleza y todo lo que ella propone pero más que nada para observarlo, escribir y relajarme. Y no tanto la parte de experimentarla todo el tiempo a través de la practicidad como hacen ellos, digamos- Eso puede traducirse en una sola cosa: Sacarme a mí a hacer una caminata extensa por la selva es una tarea extremadamente difícil, imposible diría. Para lograr que yo haga algo así tienen que recurrir a la mentira u omisión, al mágico recurso de trocar distancias o no serme del todo claros con el objetivo planteado. Con la trilha del Morro da Piroca, en Alter do Chao, pasó eso. Ellos decidieron llevarme a hacerla, me plantearon una pequeña caminata por la playa para ver la puesta del sol, no me dejaron pensar siquiera y me arrastraron. Cuando quise darme cuenta de lo que estaba pasando, yo ya estaba atrás de ellos moviendo los pies en el agua como una pelotuda, cruzando el río haciendo quilombo para que no me pique una raya asesina de las que hay acá.
Ilusa yo, iba caminando por las playas de arena blanca con la cámara en mano, alucinada con los paisajes, las personas, las construcciones y fotografiando absolutamente todo lo que mis ojos podían capturar. Siempre atrás, siempre. Ya que tiendo a ser más lenta que el resto y me cuelgo con cada forrada que pasa a mi alrededor cual chino turista.
Prueba contundente de lo mencionado anteriormente |